Somos testigos de un cambio importante en el perfil de los nuevos y potenciales consumidores de vino. Es evidente que la forma en que se ha promocionado el consumo de vino en los últimos 20 años en España no ha sido efectiva, ahí están los datos y estadísticas que hablan por sí solos.
[Pancho Campo] Al contrario, se ha conseguido que la gente menor de 35 años no tenga el más mínimo interés ya que solo un 8% bebe vino una vez al mes y el consumo ha caído por debajo de 20 litros por persona. Muchos le echan la culpa a la crisis económica o a las leyes de tráfico pero la realidad es que el problema empieza muchísimo antes y tiene su origen dentro del mismo sector.
Los Jóvenes
La gran mayoría de los potenciales consumidores se encuentran en el grupo comprendido entre los 21 y los 35 años. Es ahí donde Estados Unidos ha visto su gran éxito de consumo, entre la gente joven. En el Reino Unido cuando se sale por la noche, la primera copa que suelen beber las mujeres suele ser de Chardonnay o Pinot Grigio. En España es una asignatura pendiente ya que este segmento practicamente no bebe. ¿Por qué los jóvenes españoles no se entusiasman con el vino? La juventud española tiene la percepción de que el vino es caro, es ‘snob’, es para gente de una cierta edad y de un cierto estatus. Es casi imposible encontrar vinos en bares de copas o en discotecas y está mal visto si a las tres de la madrugada te pides una copa de vino. Son escasos los eventos del vino que sean divertidos y con los cuales los jóvenes se identifiquen. Tampoco hay revistas o programas de televisión que lleguen a potenciales consumidores, sobre todo jóvenes. La España joven de hoy en día tiende más al cubata… por mucho que nos pese.
Falta de Educación
Personalmente creo que es un tópico eso de “hay que educar al consumidor”, es más, me parece otra forma para asustar a los jóvenes y otros consumidores potenciales. La realidad es que el consumidor no está interesado en ser educado. Para la mayor parte de la población y que representa la mayoría del consumo, beber vino no ha de representar el tener que asistir a cursillos o tener que aprender técnicas de cata. Este consumidor que se inicia solo quiere disfrutar y no concibe que para comerse un jamón o beberse una cerveza haya que tener una cierta educación o asistir a cursillos. Lo que hace falta es hacer que estos consumidores en potencia prueben el vino y que disfruten con esa experiencia.
P. D. Recuerden que estamos en Twitter: @gourmetjournal
Cuanto me alegro de no sentirme nada identificada con los jóvenes que cita este artículo. Tengo 26 años y soy consumidora de vino. He viajado a la Alsacea, a la Rioja y a la Moselle para hacer única y exclusivamente rutas enológicas. Mi hermano que tiene 23 también comparte esta afición conmigo y el que va camino de los 20 ya se va iniciando. El mundo del vino es apasionante y la diversidad de sabores y aromas han hecho de comidas muy simples verdaderos festines.