5 Fincas, un vino con carácter

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Castillo de Perelada - 5 Fincas

La bodega  «Castillo Perelada»

Para la cata-comentario del día de hoy nos vamos a ir muy al norte y muy al este, donde la tramontana se hace presente, casi a Francia a una denominación de origen pequeña, Empordà, pero con una gran bandera “Castillo de Perelada”, y pensar en qué vino vamos a hablar hoy es hacernos una pregunta, ¿qué es más fácil?, hacer un vino de una producción de millones de botellas a un precio – calidad ajustadísimo, o hacer un vino de calidad extraordinaria que sea la bandera de la bodega con producciones ridículas y presupuesto amplio. Pues bien esto es algo que nos hace pensar… y es que ambos proyectos son realmente difíciles, pero hay bodegas que lo hacen, grandes producciones a un precio – calidad de sobresaliente, y también saben mimar un vino de cantidades limitadísimas y extraer todo su potencial para colocarlo entre los mejores vinos del mundo, esto a mi entender, tiene mucho mérito y en España creo que bodegas que puedan jugar en la división de honor de estas dos ligas no llegamos  a contarlas con los dedos de las manos.

[dropcap]E[/dropcap]n un área reducida de terreno, el Empordà concentra una variedad de suelos que se da en muy pocos lugares: laderas de pizarra, llanuras de arena, sedimentos de origen fluvial, tierras ricas en limos y arcillas, suelos de grava…

El vino «5 fincas 2006»

El vino que vamos  a hablar hoy es 5 Fincas, el concepto vino de finca,  originario de Borgoña, ya nos revela una pequeña pista acerca del vino final. Un vino con personalidad, en este caso no es de una, sino de 5 fincas, a mi parecer pueden ser las 5 fincas más emblemáticas de la bodega, pero con caracteres totalmente diferentes y terruños que buscan la complejidad pero sobre todo, aunque el concepto sea de finca, creo que la razón de ser de este vino es el equilibrio.

Contracata

La cata de este vino es clásica  catalana, sobre todo a la vista, potente, de capa alta, algunos matices de tinta china y gran densidad que nos va dando pistas, para que cuando pasemos a la fase olfativa tengamos que hacernos una  pregunta y es en qué momento lo catamos. Pues son totalmente diferentes los tiempos de cata olfativa, así que me refiero a que la primera copa, se muestra austera, y empieza a darnos aromas tostados que poco a poco se van sincerando para darnos aromas de fruta en confitura y un toque bordeles en la última copa resaltando la mineralidad. En la boca se va a mostrar también potente, pero en este caso nos aporta más sutileza, algo que agradecemos si tuviéramos que acompañarlo con productos más débiles, la peculiaridad de este vino radica en la gran potencia aromática y la sutileza en boca. Para esta potencia aromática, sería fabuloso un solomillo con salsa de trufa, o unos raviolis de setas, así como quesos de bastante madurez, en definitiva un vino para disfrutar y también para hablar de su carácter.

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