Un recorrido por las majestuosas tierras elaboradoras de whisky, o en gaélico escocés, Uisge Beatha
Nacido de manos de los antiguos celtas en lo que hoy se encuadran las “Highlands” escoceses, en un tiempo remoto donde los druidas gaélicos elaboraban secretas pociones medicinales, nacería el Uisge Beatha, para ellos un “agua de vida” por sus singulares características.
Elaborado de forma ininterrumpida hasta nuestro días, y donde posterior degeneración fonética e interacción lingüística entre culturas, acabaría denominándose en la actualidad como Whisky, el auténtico paladín de los espirituosos por la personalidad y excelencia de algunas de sus elaboraciones.
Pese al retroceso vivido años atrás en el consumo de este sensacional destilado, algunos foodies recién llegados u pseudo eruditos gastronómicos priman más en sus sobremesas Gin&Tonics, que muchas veces por la “ensalada de guarnición” con que los servían algunos bartenders, eran casi más conveniente pedir un colador por su dificultad de disfrute.
En la actualidad, el whisky, retorna por su imperturbable calidad y posee un lugar destacado entre los amantes de las sobremesas de buena conversación, relajación, buena compañía pero sobretodo, un espirituoso que brille por si mismo ante una exuberante calidad.
En la actualidad la magia de la interacción entre cereales, turbas, terroir, destilaciones minuciosas o cuidados envejecimientos, hacen que las cientos de destilerías escocesas enclavadas ya sea por el serpenteante río Spey, en la majestuosidad de las Highlands o en puntos mágicos del archipiélago que forman las islas híbridas; hayan vuelto a acaparar las miradas tanto de foodies que ansían adentrarse en destilados de más personalidad y riqueza de matices; como en “puristas” de este producto arduos por encontrar producciones extintas o catar sus marcas favoritas en estado puro a través de ediciones “Single Cask”, Distillers Editions, sin definición de edad (NAS) …, tanto de nombres de siempre como las tradicionales destilerías como Ardbeg, Auchentoshan, Cragganmore, Dalmore, Johnnie Walker, Lagavulin, Talisker, Macallan, Tomatin…. jóvenes como Holyrood Park o Strathearn, hasta destiladores “errantes” al estilo equipo Navazos en los vinos de Jerez como los chicos de Caskstrength Creative. El abanico es impresionante.
Fuera de Escocia y amén de los espectaculares whiskeys americanos como los de las destilarías Woodford Reserve, Abraham Smith, Heaven Hill o Bulleit (y que no me cansaré de beber ya sea solos o acompañados de Ginger Ale); la globalidad del mercado ha permitido el florecimiento (tras una criba inicial que ha dado paso a los proyectos realmente serios), de poder de disfrutar whiskies de malta de majestuosa calidad como los elaborados por Penderyn (Gales); Mackmyra (Suecia); Kavalan (Taiwan); Yamazaki, Yoichi o Suntory (Japón); Bushmills, Midleton o Cooley (Irlanda) o Gooderham and Wort (Canadá) o Liber (España), entre otros.
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