La cerveza es una bebida tradicional y de gran consumo en nuestro País. Actualmente, muchas sibaritas se atreven con las cervezas hechas en casa.
Solo en verano se consumen más de 900 millones de litros entre españoles y turistas. ¿A quién no le apetece una cañita?
La Asociación de Cerveceros de España contabilizó más de 120 marcas de cerveza, abarcando una gran variedad de tipos, aromas, sabores y matices. Todas las que se producen en España son de gran calidad. Muestra de ello es que del consumo total de cerveza, en torno al 90% es de fabricación nacional, y las exportaciones han aumentado en los últimos años.
El 82% de las ocasiones en la que los clientes piden una cerveza lo acompañan de algún tipo de comida.
Así, muchos Gourmets se atreven a elaborar sus propias creaciones en casa. Eso sí, no es apta para gente con prisas o impaciente, y requiere una pequeña inversión en equipo.
Una olla, un cubo de fermentación, un termómetro, botellines, unas chapas y un cierra botella, son algunos de los requisitos a la hora de elaborarla.
Los ingredientes básicos; cebada, agua, lúpulo y levadura, llegan a crear un resultado inacabable de colores y tonalidades.
Según su fermentación: baja fermentación o lager: ligeras y suaves, y fermentadas a temperaturas entre los 5 y 13 grados. Las más habituales son la lager Pilsen, la lager especial, la lager extra y la negra. Cuanto más temperatura, los sabores serán complejos y de espuma abundante, denominadas de alta fermentación o ales; de abadía, trigo y negra stout. Un tercer tipo, las sin alcohol, de baja fermentación y aromas frescos y espuma ligera. Colores dorados y un toque dulzón.
Además, refrescante ya que contiene un 93% de agua, vitamina B, potasio y previene el envejecimiento, entre otros beneficios.
Una bebida que no pasa de moda y con eternas combinaciones que puede resultar un maridaje perfecto para comidas formales e informales.
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