Para esta semana quiero profundizar en los vinos que de alguna manera son más apetecibles para el verano, y es que, ¿existen vinos apetecibles en verano? Claro que sí, a pesar de que tienen detrás a una rubia peligrosa que en verano se hace notar, sobre todo, cuando hace más calor, que nos vuelve locos con su espumita, su temperatura y sobre todo con la seguridad casi en un 100% que no estará en malas condiciones o que es un producto de calidad, algo que en el vino podemos intensificar de manera negativa cualquier de estos factores.
Además de la cerveza, también podemos pensar en una falta de cultura y armonía del vino con el calor, porque si estas en un chiringuito en Málaga a 40º C, ¿te tomarías un potente Priorat con una ensalada y unos calamares fritos?, probablemente no. Pero vamos a seguir viendo los posibles problemas de este divorcio Vinos – Verano.
El siguiente problema que vemos mermado el consumo de vino en verano es la comida, puesto que la dieta que utilizamos en verano son productos más ligeros y frescos.
Y otro gran problema que nos encontramos en España es la falta de profesionalidad y cultura del vino, que se incrementa notablemente en época de temporada alta. Para el camarero lo más fácil de servir es un par de jarras de cerveza, en lugar de una botella de Cava en la que además de tener que abrir la botella, hay que darla a probar y llevar una cubitera o algún medio de conservación de la temperatura del vino, (que ahora los hay muy sencillos).
Una vez analizado algunos de los problemas, vamos a buscar las soluciones, y respecto al primer problema que se argumenta es la duda de la calidad y conservación del vino.
La calidad del vino no se tiene que medir en precio y a más altas temperaturas a veces es más apetecible un vino de bajo precio y joven que un gran tinto estructurado. Lo único que necesitamos es escoger un buen vino que nos aporte más frescura y menos tanicidad, y respecto a las temperaturas y la conservación, poder dispones de una pequeña cámara que nos cuide de la temperatura, humedad y conservación en general.
En el siguiente problema que nos planteamos es la armonía del vino con la temperatura exterior, en la que centraremos nuestra oferta en vinos que se sirvan a más bajas temperaturas como blancos, rosados, finos, espumosos o incluso tintos jóvenes.
Otro de los factores que nos van ayudar a incrementar el consumo del vino es el poder maridar los platos más veraniegos con los vinos y en este aspecto hay un gran producto que entra en escena. Para mi opinión el producto más versátil que existe para maridar, no es otro que el cava, champagne, espumosos de calidad en general. Principalmente, las comidas veraniegas son ligeras y se sirven a temperaturas bajas o del tiempo, para lo que buscaremos vinos frescos y ligeros.
Para finalizar los problemas, vemos la falta de profesionalidad en la hostelería, que a pesar de el gran trabajo que hacen las escuelas de hostelería en época de temporada alta hay mucho intrusismo en el sector. Pero, vamos a hacer una reflexión y es que una cerveza me la sirven bien de temperatura en prácticamente todos los establecimientos, ¿Por qué un vino no? Si a mí me gusta el vino claramente iré donde mejor me lo sirvan.
Este es unos de los principios de un buen restaurante y donde va a marcar las diferencias.
Para la próxima semana iremos dando unos pequeños consejos de los vinos más adecuados y apetecibles durante la época más calurosa.
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