Cherry pie vegana

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Las pies son un tradicional dulce de Inglaterra

Cada vez son más las personas que optan por una dieta vegana, ya sea por convicciones propias entendiendo el veganismo como una forma de vida o por la búsqueda de un cambio en los hábitos alimentarios hacia una dieta más sana y equilibrada, como hizo el deportista Daniel Negreanu  hace más de diez años.  A pesar de que cada vez este colectivo se va haciendo mayor, todavía son muchos los que no entienden las diferencias entre vegetarianos y veganos. A grandes rasgos, los veganos son personas que rechazan todo producto, ya sea alimentario o no, que provenga de la explotación animal. Esto supone un problema importante sobre todo a la hora de la alimentación porque encontrar recetas veganas variadas sigue siendo algo complejo, aunque en la actualidad esta situación va mejorando.

Los postres suelen ser siempre las elaboraciones que más problemas dan a la hora de adaptarlas a una dieta vegana porque casi todas las preparaciones requieren de huevos, leche, nata, mantequilla o yogur. Con todo, existen recetas que ayudan a adaptar los clásicos del mundo de la repostería eliminando todos los productos de origen animal. Este es el caso de la típica cherry pie americana, que en castellano se traduce por tarta de cerezas.

Cherry pie vegana
Cherry pie vegana

Las pies eran (y son) un dulce típico de Inglaterra que los inmigrantes británicos llevaron consigo a los Estados Unidos. Tradicionalmente se trabajaba una masa que recubría un plato hondo y que se rellenaba de ingredientes salados. Esa masa se recubría por completo y se horneaba, dando lugar a una especie de quiche cerrada. Con el tiempo esta receta comenzó a sufrir modificaciones y de los tradicionales ingredientes salados se pasó a rellenar con ingredientes dulces, como las manzanas, la calabaza, las moras o las cerezas. Además, también se eliminó la tradicional cobertura y comenzó a hornearse sin ella o elaborando diseños trenzados.

La cherry pie o tarta de cerezas es una de las que más se ha extendido a lo largo de todo el planeta y su versión vegana también está triunfando entre los postres de este tipo de dieta.  Y os aseguramos que el sabor es igual de bueno que el de la receta tradicional, ¡irresistible!

Ingredientes

Para la base

80 g de azúcar glas / 140 g de margarina vegetal en pomada / 280 g de harina de trigo (también se puede emplear harina de espelta) / 40 g de harina de almendras / 30 ml de agua / Pizca de sal / 1 vaina de vainilla

Para el relleno

1500 g de cerezas sin hueso / 180 g de azúcar blanco / 1 cucharadita de extracto de vainilla / 25 g de maizena

Elaboración

Primero comenzamos haciendo la masa ya que tendrá que enfriarse en la nevera. Para ello mezclamos los dos tipos de harina, la sal, el azúcar y la mantequilla. Trabajamos manualmente esta mezcla hasta conseguir una textura similar a la arena y llegado a este momento incorporaremos el agua y la vainilla. Mezclamos todos los ingredientes bien hasta conseguir una masa compacta y homogénea fácil de moldear. Hacemos dos bolas y las recubrimos con papel film y las dejamos enfriar en la nevera durante al menos una hora.

Mientras la masa se enfría, comenzamos con la elaboración del relleno. Para ello ponemos un cazo a fuego medio e introducimos las cerezas y el azúcar. Cuando las cerezas comiencen a echar su jugo las dejamos hervir durante un cuarto de hora. Pasado este tiempo incorporamos la maizena y el extracto de vainilla y removemos bien durante cinco minutos. Pasado este tiempo, retiramos el cazo del fuego y dejamos enfriar la mezcla.

Toca ahora trabajar la masa sobre una superficie plana y enharinada. Cogemos una de las bolas y con la ayuda de un rodillo la estiramos hasta que tenga una forma circular mayor a la del molde que vayamos a usar para así poder recubrir los laterales. Una vez conseguido este tamaño, extendemos la masa sobre el molde y vertemos dentro la mezcla de las cerezas. Amasamos la otra bola de masa y con ella podemos hacer dos cosas, o bien le damos forma circular y recubrimos toda la tarta a la manera tradicional, o bien la cortamos en tiras y creamos un diseño trenzado (o uno propio). Eso ya depende de nuestro estilo e imaginación. En cualquier caso, es importante que si la cubrimos entera tendremos que hacer unas pequeñas incisiones con el tenedor para que la masa pueda respirar y no se rompa.

Horneamos a 180 grados durante una hora o hasta que la masa comience a dorarse.

Presentación

Antes de servirla debemos dejar enfriar la tarta para que al cortarla no se rompa. Se puede acompañar con nata pero así sin nada está deliciosa.

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